Ricardo Latcham Cartwright

Su padre, Thomas Latcham, era un contador y funcionario municipal; su madre fue Victoria Cartwright.

Incluso es posible señalar que fue un rebelde ante lo establecido y a las imposiciones del sistema.

Además el pequeño Ricardo Latcham debía enfrentarse a la disyuntiva que le proponían sus progenitores.

Sus estudios secundarios los realizó en el colegio privado Queen Elizabeth's Hospital de su ciudad natal.

En 1891, Latcham visita Santiago, en busca de alternativas laborales al trabajo en el sur.

Al tratar con otros ingleses residentes y tener más antecedentes del conflicto, Ricardo Latcham simpatizó con los constitucionalistas.

Sin embargo, debe pasar penurias económicas, realizando clases que apenas le reportaban recursos para mantener a la familia.

La situación comienza a mejorar cuando obtiene algunos trabajos de ingeniería, realizando peritajes para empresas mineras.

Al mismo tiempo, Latcham estaba sorprendido por el bajo nivel intelectual de las clases populares y los indígenas, donde la escasa instrucción hacía que esta población fuera muy supersticiosa y tuviera creencias absurdas.

Una vez reconocido por la comunidad científica de Santiago, ésta le abre las puertas.

Ricardo Latcham montó una fábrica de pinturas, que tuvo un principio exitoso.

Sin embargo, la Primera Guerra Mundial hizo que importar pinturas desde Inglaterra fuera algo casi imposible.

Esto perjudicó el negocio hasta tal punto que en 1916 Latcham debió liquidarlo.

Estas dificultades económicas influyen en su desempeño intelectual, al punto que entre 1916 y 1921 no publicó nada.

Latcham tenía por delante un desafío gigantesco: poner de pie un museo que estaba literalmente en las ruinas.

Con esto, el MNHN sumó a un inglés en su dirección, luego de que fuera fundado por un francés (Claudio Gay) y organizado por un alemán (Rodolfo Philippi).

El Museo carecía de muchos servicios indispensables, sin que, con los fondos para gastos y para fomento, tan exiguos que llegaban a ser irrisorios, se pudiera remediar este estado de cosas.

Además se retomaron las publicaciones del MNHN, cuya producción estuvo interrumpida durante 18 años por falta de fondos.

Él consiguió la reconstrucción de las alas este, norte, y parte del ala sur; renovó la exhibición mediante la creación de cuadros biológicos y reemplazó las vitrinas anticuadas por otras modernas.

En general su espíritu era generoso y, sin excepción, incapaz de guardar rencor o cultivar enemistad prolongada».

En el tomo XXI del Boletín del Museo Nacional de Historia Natural,[11]​ se dedican las siguientes palabras a Ricardo Latcham: «Al morir el señor Latcham, no sólo hemos perdido a nuestro Director y al animador más entusiasta, sino que hemos perdido a un amigo entrañable, que antes que por la jerarquía, se imponía ante nosotros por su bondad permanente, por su autoridad científica, por su esclarecido entendimiento, y a las órdenes del cual siempre estuvimos orgullosos de trabajar».

Latcham fue sucedido en el cargo de director del MNHN en 1943 por Enrique Ernesto Gigoux.

Ricardo Latcham junto con su prima Gilda en 1880.
Ricardo Latcham, Director del Museo Nacional de Historia Natural entre 1927 y 1943.
Busto de Ricardo Latcham ubicado en el Área de Antropología del Museo Nacional de Historia Natural , obra del escultor Tótila Albert (1944).