Sobre este pueblo indígena y su vinculación con Paposo, Enrique Espinoza dice: El Paposo data desde la época más remota de la colonia, como que era el asiento de la raza indíjena denominada changos, que por su ocupación en la pesca fueron excelentes bogadores, raza de que quedan aun algunos representantes.
El asentamiento comenzó a ser denominado Nuestra Señora del Paposo, al parecer, desde 1679.
Desde aquí, ambos exploradores prosiguieron camino hasta San Pedro de Atacama, entonces un pueblo boliviano.
Habiendo hecho esto, hacia 1858 el manco Moreno, como así se le conocía, construyó en Paposo su residencia, una formidable casona forrada en tejuela y que actualmente se encuentra en deplorables condiciones, sin ningún proyecto de restauración.
Posteriormente, su hija, Julia María Moreno Zuleta[19] (casada con el Contralmirante Juan José Latorre Benavente hacia 1882), heredó las instalaciones y sus vastas propiedades.
Cabe señalar que la sucesión Latorre Moreno/López Latorre/Santa Cruz López[20] cobró una millonaria indemnización por la construcción, en terrenos de su propiedad, del Observatorio astronómico Cerro Paranal, que se ubica a unos 60 km al noreste del caserío.
Con posterioridad a la Guerra del Pacífico, Paposo continuó siendo una caleta desabrigada para el atraque de barcos, pero conocida por ser un puerto menor con agua potable -en una costa pobre en ese elemento- y abundante pesca local.
Debido a que nunca gozó de vías férreas que la conectaran con el interior salitrero (Cantón Taltal), sumado a su proximidad con Puerto Oliva (por donde se embarcaba y exportaba el nitrato del Cantón salitrero de Taltal, su desarrollo económico y urbanístico fue muy escaso.
Con todo, hacia el 1900 por su muelle se exportaban minerales de cobre, y en menor medida, salitre; al mismo tiempo que los pescadores vendían su pesca en los barcos o en las minas vecinas.
[23] Hacia 1896, según señala Espinoza,[24] antes mencionado, Paposo pertenecía a Delfina Zuleta de Barazarte, quien era viuda -en primeras nupcias- del empresario minero, José Antonio Moreno Palazuelos.
Con todo, carece de servicios básicos, como telefonía y agua potable residencial.
En el plano educacional, existe la Escuela rural G-107 "Paranal", que es administrada por la Municipalidad de Taltal.
Este fenómeno es el que permite la presencia de agua abundante en la zona, coadyuvando a una vegetación endémica.
Otra quebrada relevante es la que le da el nombre a la rada, que durante el siglo llegó a ser conocida como Río Paposo (como así es denominado en algunos textos históricos bolivianos y peruanos), hecho que fue desmentido en las exploraciones de Rudolf Amandus Philippi, en la década de 1850.
[29] Con todo, ocasionalmente esta quebrada ha provocado aluviones, que han interrumpido las comunicaciones camineras y alterado las explotaciones mineras en el sector.
[30] Estas formaciones son especialmente visibles en las Quebradas del Despoblado y de los Yales, que comparten el terreno con numerosas especias faunísticas.
En septiembre sorprende el desierto florido, con hermosos ejemplares, como alstroemerias de color violeta,[31] cuya fotografía puede verse en este artículo.
La especie dominante es Euphorbia lactiflua que se presenta frecuentemente con Lycopersicon chilense.
En la parte superior de esta zona se encuentran en abundancia Schizanthus laetus y Alstroemeria violacea, Chaetanthera glabrata, Ephedra, Proustia.
También se puede encontrar diferentes especies, como Dinemagonum gayanum, Cruckshanksia pumila, Oxalis y michay de Paposo (Berberis litoralis).
[cita requerida] Para mayor información, se sugiere visitar el portal Chileflora.
[10] Rodulfo Philippi quién visitara la localidad en 1853, en su extenso recorrido por el desierto de Atacama y la cordillera andina, nos ofrece la siguiente descripción:
Por otra parte, en 1897, Enrique Espinoza reportaba sólo 271 habitantes e indicaba que es una desabrigada caleta.