Cactaceae

Sin embargo, hay una excepción, Rhipsalis baccifera, que está extendida en África tropical, Madagascar y Sri Lanka.[2]​ Muchas plantas suculentas, tanto en Europa como en América, tienen una notable semejanza con los cactus y, a menudo, son así llamadas en lenguaje corriente.Sin embargo, esto se debe a la evolución paralela o convergente (similares presiones selectivas resultan en morfologías parecidas), ya que ninguna de ellas está estrechamente emparentada con las cactáceas.Esto podría explicar la inexistencia de cactus endémicos en África: estos evolucionaron en América cuando los continentes ya se habían separado.La areola[4]​ es una estructura vegetativa distintiva de las cactáceas que se encuentra sobres los podarios y costillas.Estas especies sin espinas pueden ser consumidas por el ganado en los períodos secos, como forma de supervivencia y adaptación al cambio climático.El género Pereskia presenta varias de esas características, por lo que es considerado el más primitivo entre las cactáceas.[5]​ Rhipsalis baccifera es la excepción; es nativa tanto de América como del Viejo Mundo, donde se encuentra en África tropical, Madagascar y Sri Lanka.[5]​ La teoría alternativa es que la especie cruzó inicialmente el Atlántico en barcos europeos que comerciaban entre Sudamérica y África, tras lo cual las aves pudieron haberla propagado más ampliamente[6]​ Muchas otras especies se han naturalizado fuera de América tras haber sido introducidas por el ser humano, especialmente en Australia, Hawái y la región mediterránea.Los cactus de clima árido y seco son xerófilos, es decir aguantan bien la sequía, pero como todas las plantas también necesitan obtener agua para vivir.Así, en una zona muy cálida y seca, un cactus en maceta de barro orientado hacia el Ecuador Terrestre necesitará bastante más riego en la misma época del año que uno plantado en semisombra directamente en la tierra en una zona más templada y lluviosa.Durante el verano, un riego leve cada 10 días puede ser correcto como referencia; en primavera y otoño se han de espaciar más.Mientras dure el frío invernal prácticamente no hará falta regar, pues los propios cactus se encargan de recoger agua del ambiente.Muchos cactus, al provenir de zonas desérticas donde las noches pueden ser muy frías, tienen una resistencia moderada a las heladas.Por tanto, deben colocarse junto a las ventanas o bien utilizar alguna fuente de luz artificial.Así, el poeta Teócrito de Siracusa escribió en sus Idilios: «A ti te dejen como una oveja del rebaño, cuya pata se haya picado por un cactus».De cactus derivó la palabra latina carduus, que finalmente dio lugar a la española cardo.
Oreocereus , proveniente de Humahuaca .
Opuntia ficus-indica , muy común en México y conocido como Nopal .
Echinopsis chiloensis del matorral de Chile Central.
Mammillaria gracilis var. fragilis .
Distribución original de los cactus. Sólo Rhipsalis baccifera . Todas las demás especies.
Invernadero de cactus del Real Jardín Botánico Juan Carlos I .