Enrique Ernesto Gigoux

Paralelamente a sus inquietudes científicas, Enrique Ernesto Gigoux también cultivó intereses literarios, tanto en prosa como en poesía, aunque nunca publicó estos textos.

Posteriormente Gigoux se transforma en comerciante, específicamente en el rubro de la farmacia.

En paralelo, seguía respondiendo a su vocación científica, estudiando biología, química e incluso odontología.

Antes ya había hecho un viaje al desierto de Atacama con fines científicos entre los años 1885 y 1886, comenzando su recorrido en Copiapó hasta llegar a los pies del volcán Lluillaillaco.

La expedición tuvo un recorrido de 800 kilómetros, y en el trayecto Enrique Gigoux colectó plantas, fósiles e insectos.

Estos trabajos comienzan a hacerle un nombre en la comunidad científica chilena de la época.

[2]​ Motivado por las malas condiciones económicas que sufre Caldera producto del terremoto de 1922, en 1927 Enrique Ernesto Gigoux se traslada a Santiago.

Humberto Fuenzalida, entonces Jefe de la Sección de Geología del MNHN, recuerda a Gigoux: «Su bonhomía y su espíritu acogedor, hacen pronto que su oficina sea el centro espiritual del museo.

Convertirse en director del MNHN fue un motivo de satisfacción para Gigoux, que entonces tenía 80 años.

Al rendirle este homenaje en el Boletín, queremos saludar en él a estos científicos del pasado, que por amor a la naturaleza, nunca canalizaron sus esfuerzos y lucharon incansablemente por tratar de comprenderla toda, por sorprenderla en su integridad y en su misterio».

Enrique Ernesto Gigoux en 1925.
Publicación en el Diario Oficial que otorga a Enrique Ernesto Gigoux una jubilación por gracia
Enrique Ernesto Gigoux, director del MNHN entre 1943 y 1948.