Los sistemas montañosos de España son muy numerosos y ocupan casi la mitad del territorio nacional.
A España pertenecen dos archipiélagos de interés geográfico: las islas Baleares, situadas en el mar Mediterráneo, con una latitud similar a la de Castilla-La Mancha; y las islas Canarias, siete islas de origen volcánico ubicadas en el océano Atlántico, próximas a la costa del Sahara Occidental; y con menos importancia: la isla de Alborán entre España y Marruecos y las islas Columbretes en Castellón.
Hay un cinturón montañoso que rodea la península y dificulta el acceso al interior.
El plegamiento herciniano afectó a grandes masas de sedimentos que se transformaron en pizarras, cuarcitas y formaciones graníticas.
En esta superficie (territorios occidentales de la Península), conocida como zócalo paleozoico, predomina actualmente la sílice, cuya expresión más común es el cuarzo.
La etapa del plegamiento alpino se da en el Terciario, con fuertes presiones que pliegan los materiales; las barreras que se habían creado en la orogenia herciniana van a tener un efecto de tope sobre estas fuerzas.
Al final del Terciario se acabará casi de configurar la actual península.
También aparecen fenómenos volcánicos en áreas fragmentadas o fallas como Olot y La Mancha.
Por último están los sistemas morfogenéticos que dan lugar al relieve actual, hacen referencia a los aspectos climáticos, erosivos, químicos y mecánicos que afectan al relieve y están ligados a la tectónica.
En las zonas menos elevadas se da otro tipo de modelado, el dominio periglaciar, muy común en los periodos interglaciares.
Las formas de modelado más importantes son la gelifracción y la solifluxión, que a su vez alteran los procesos de erosión fluvial: en las fases más frías los ríos tendrán menos caudal que en el deshielo cuando aumentan su fuerza erosiva y configuran los acantilados.
La Meseta Central es el elemento principal del relieve porque está situada en el centro del país, ocupa una gran extensión y en torno a ella se articulan las cordilleras y depresiones.
Tiene una altitud media de 670 metros sobre el nivel del mar y está limitada por sucesivas cadenas montañosas.
El río Tajo transcurre de este a oeste en la mitad norte de la submeseta, y el río Guadiana transcurre con la misma orientación en la mitad sur.
Así, Sierra Morena separa la meseta de la depresión del Guadalquivir.
En el noroeste, junto a Galicia, están los montes de León Las cordilleras que rodean la Meseta Central son: Existen cordilleras que no limitan con la Meseta Central.
Pertenecen a las comunidades autónomas del País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña.
Por su adscripción política, se pueden diferenciar los Pirineos españoles, los franceses y los andorranos.
Los sistemas montañosos béticos se dividen en dos grandes conjuntos: cordillera Penibética, ubicada en la zona sur, junto a la costa con el mar Mediterráneo; la cordillera Subbética, situada más al norte y limitando con el este de Sierra Morena y el sur del sistema Ibérico; y los sistemas Prebéticos, situados al este de la cordillera Penibética.
Las costas de la Península son poco recortadas, curvas y con un contorno rectilíneo.
Por lo general abundan las playas aunque también se pueden encontrar bastantes rasas en zonas en las que la cordillera Penibética llega a la costa.
Hay que destacar los cabos de Palos en Murcia y la Nao en Alicante.
Esta costa es más articulada que la del golfo de Valencia y tiene más rasas, debido a la cercanía de las cordilleras Costero Catalanas a la costa.
Las islas Baleares es un archipiélago situado en el mar Mediterráneo, a 80 km al este de la península ibérica.
Las tres islas más grandes e importantes que componen Baleares son Ibiza, Mallorca y Menorca.
Las tres islas principales están alineadas en ese orden orientadas de suroeste a noreste.
Las costas de las islas Baleares son altas, ya que en muchos lugares las montañas llegan hasta el mar.
En las zonas llanas, especialmente en la Meseta Central, los castillos se construían en lo alto de los cerros para poder avistar al enemigo a tiempo.
Historiadores y escritores han comparado a la Meseta Central con un castillo, siendo las cordilleras que la rodean sus murallas.
Por tanto, España nunca ha sido un país fácil de conquistar debido, en parte, a su relieve.