Cuenta con más de 25 volcanes, siendo algunos emblemáticos, tales como las Montañas del Fuego, Montaña Rajada o la Caldera del Corazoncillo.
Aún presenta actividad volcánica, existiendo puntos de calor en la superficie que alcanzan los 100-120 °C y 600 °C a 13 metros de profundidad.
Nueve pueblos quedaron enterrados (Tingafa, Mancha Blanca, Las Maretas, Santa Catalina, Jaretas, San Juan, Peña de Plomos, Testeina y Rodeos) y durante seis años la lava se extendió por la zona sur cubriendo un cuarto de la isla y llenando las vegas cercanas de cenizas volcánicas.
En 1824 de nuevo comienzan las erupciones en Timanfaya, dando origen a los llamados Volcán de Tinguatón, Tao y del Fuego.
Desde entonces el paisaje se ha transformado gracias a las técnicas agrícolas de cultivo sobre lapillis volcánicos que los lanzaroteños emplean para captar la humedad de los alisios.