Reconstruccionismo pagano

Destacan principalmente Ásatrú (reconstruccionismo nórdico o germánico), el politeísmo helénico, la religión romana,[1]​ el druidismo (celta),[2]​ las religiones precristianas de los países bálticos como la[3]​ romuva (Lituania) o[4]​ dievturība (Letonia), el tengrianismo (monoteísmo uralo-altaico) y distintas formas de neochamanismo, así como, en menor medida, los cultos a Mitra (dios romano) y a deidades egipcias de la época faraónica.

Desde 1998 existe un Congreso Mundial de Religiones Étnicas,[5]​ cuya sede central se encuentra en Lituania.

El cristianismo no se extendió en los países bálticos hasta finales de la Edad Media.

La Unión de la Fe Patriarcal Eslava se conformó en su origen con cinco comunidades que se habían reunido para un congreso en 1997 a orillas del río Kaloujka, es de tintes nacionalistas y racistas, sus miembros deben ser étnicamente eslavos y el liderazgo es muy centralizado.

Varios autores, poetas y escritores entre otros, trataron este tema desde los años treinta a cincuenta.

Hace diez años existió una asociación (Sorginkoba) dedicada al estudio y práctica contemporánea del neopaganismo vasco.

Esta práctica en particular fue fundada por Tamara L. Siuda (Nisut Hekatawy I) a finales de los años ochenta (del siglo XX).

Aunque la mitología de los antiguos griegos y romanos coincide ampliamente, las creencias populares eran lo bastante distintas para distinguir fácilmente entre ambas culturas.

Las familias y grupos de persona afines se reunían para participar el ritual comunal.

Animales eran sacrificados ritualmente, y una parte de ese sacrificio era separada para ser consumida por toda la comunidad.

Los blots modernos usualmente incluyen banquetes y el acto de compartir ritualmente una bebida.