[1]Es considerado como un núcleo religioso del desarrollo de la civilización euroasiática en el pasado.
[2] Esta religión se basa, de manera principal, en la creencia en el Dios Cielo (Tengri, Tangra, Tangri o Tanrı).
En esta religión, de carácter disperso, no hay sacerdotes ni clérigos, y tampoco hay el impulso proselitista de extender la creencia a otras personas o pueblos.
[1] En esta religión no existe el concepto de vacío, no-ser o no-existencia como característica ontológica del mundo.
En ella el mundo fue creado por el Cielo sobre la base de cuatro elementos eternos: la tierra, el agua, el fuego y el aire.