En algunas culturas, la música o las canciones empleadas en la práctica chamánica imitan sonidos naturales, a veces mediante la onomatopeya.
[12] La intención de imitar sonidos naturales también está presente en algunas culturas siberianas, por ejemplo en ciertas canciones chamánicas, o mediante el empleo del canto difónico.
La mímesis fonética no se encuentra solo en las culturas siberianas ni está necesariamente ligada a las prácticas o creencias chamánicas.
[16] Dicha imitación de sonidos naturales también puede tener fines prácticos, por ejemplo como reclamo durante la caza.
[27] Debido al aislamiento de los nganasan, el chamanismo siguió practicándose en estos pueblos incluso a comienzos del siglo XX.
Las últimas ceremonias chamánicas nganasan llegaron a ser grabadas en vídeo en los años 70 de dicho siglo.
El idioma kamasiano sobrevivió durante más tiempo: en 1914, todavía existían catorce personas mayores que lo hablaban.
A finales del siglo XX, algunos mayores todavía tenían un conocimiento pasivo o fragmentario de la lengua, pero ya resultaba imposible recabar datos científicamente fiables sobre ella.
El chamanismo sobrevivió aún más tiempo entre los pueblos samoyedos de los montes Sayanes, si se consideran los karagas como un pueblo samoyedo (aunque tal consideración ha sido discutida: la cuestión de sus orígenes puede ser más compleja).
Hoy, los húngaros ya no practican el chamanismo, pero algunos elementos de este siguen presentes en su folclore.
[52][53] La cultura tradicional de los ket fue investigada por Matthias Castrén, Vasily Ivanovich Anuchin, Kai Donner, Hans Findeisen y Yevgeniya Alekseyevna, entre otros.
[59] Los grupos yupik se extienden por un vasto territorio que va desde Siberia oriental hasta Alaska, el norte de Canadá (incluyendo la Península del Labrador) y Groenlandia.
Por ejemplo, algunos grupos creían que a los niños se les debían asignar «nombres guardianes» heredados de algún familiar fallecido recientemente.