Heimdal
En el transcurso de un paseo a orillas del mar, Odín vio una vez a nueve bellas gigantas, las doncellas de las olas, Egia, Augeia, Ulfrún, Aurgiafa, Sindur, Atla, Járnsaxa, Gjálp y Greip profundamente dormidas en las blancas arenas.Su último terrible sonido anunciaría la llegada del Ragnarok, día en que la batalla final sería disputada, y en el cual lo mataría Loki.Heimdal siempre era representado con una resplandeciente armadura blanca, por lo que era conocido como el dios brillante o de la luz.En esta leyenda, Loki puede ser tomado como un símbolo de la sequía o de los funestos efectos del calor demasiado ardiente del Sol, que viene a robarle a la Tierra (Freya) su más preciado ornamento (Brisingamen).Heimdal tiene otros nombres, entre ellos Hallinskide e Irmin, pues a veces ocupaba el lugar de Odín y era identificado con aquel dios, al igual que con otros dioses de espada, Er, Heru, Cheru y Tyr, que destacaban todos por sus relucientes armas.[1] Heimdal se marchó un día de Asgard para pasear por la Tierra, como los dioses solían hacer en ocasiones.Heimdal, el dios de la luz, que dijo llamarse Riger, aceptó gustoso la invitación y permaneció con la pareja durante tres días enteros, enseñándoles muchas cosas.Thrall pronto mostró una fuerza física poco común y grandes aptitudes para los trabajos pesados.Al entrar en esta confortable morada, se encontró a Afi (abuelo) y Amma (abuela), que en muy buen gesto hospitalario le invitaron a sentarse con ellos para compartir la simple pero abundante comida que habían preparado para el almuerzo.Riger aceptó la invitación y permaneció allí tres días con sus anfitriones, impartiéndoles toda clase de conocimientos útiles para ellos.Dejando la casa de esta segunda pareja, Riger continuó el viaje hasta que llegó a una colina, sobre la cual se erigía un majestuoso castillo.Riger permaneció tres días con esa pareja, tras lo cual regresó a Himinbjorg para reanudar su guardia como vigilante de Bifröst, y al poco tiempo la esposa de la tercera pareja tuvo un hermoso y esbelto hijo, a quien llamó Jarl.