Esta breve interrupción causó que la empuñadura del tercer regalo, el legendario martillo Mjolnir, fuese más pequeña de lo deseado (Thor, futuro receptor del regalo, usará los guanteletes de hierro conocidos como Járngreipr para poder manejar el martillo con soltura).Loki dio Gugnir a Odín, la lanza que no debía jamás perder su señal; a Thor le dio la cabellera de Sif; y a Frey, le dio el barco, que siempre tenía viento favorable en cuanto sus velas eran desplegadas, sin importar el rumbo y que podía plegarse como una servilleta y guardarse en el bolsillo si se deseaba.Los dioses deliberaron y proclamaron al martillo como el mejor de todos los tesoros, especialmente por la protección que ofrecía contra los gigantes.En consecuencia, decidieron que el enano había ganado la apuesta y este último quiso pues la cabeza de Loki.Loki intentó recuperar su preciada cabeza de alguna manera; pero el enano no quiso aceptar ninguna alternativa.El enano, engañado por Loki, tomó hilo y un cuchillo y quiso perforar los labios de Loki para conservarlos juntos para que así no pudiera engañar más, pero el cuchillo no estaba lo suficientemente afilado.