Esta lanza no podía jamás fallar o perder señal, y el juramento se prestaba sobre la punta de Gungnir.
Entonces Loki apostó sobre su cabeza con el enano, cuyo nombre era Brok, que su hermano Sindri no sería capaz de hacer otros tres tesoros tan buenos como los que acaban de ser nombrados.
La tercera vez Sindri puso hierro en la fragua y pidió a su hermano que continuara soplando; si no, todo se perdería.
Entonces, la mosca se posó entre los ojos de Brok y le picó los párpados.
Loki se ofreció a recuperarla de alguna manera; pero el enano no quiso aceptar ninguna alternativa.
Entonces el enano cogió hilo y un cuchillo y quiso perforar los labios de Loki para conservarlos juntos para que no engañara más, pero el cuchillo no estaba lo suficientemente afilado.
-Estaría bien si tuviera el aliento de mi hermano- dijo, e inmediatamente el aliento estuvo allí y fue tan afilado que Brok pudo coser los labios de Loki para que se cerraran.