De origen persa, este dios se incorporó al panteón del imperio romano tardío.
Su imagen se conserva en diversas esculturas, en su mayor parte del siglo III.
Se le representa como un hombre joven, con un gorro frigio, matando con sus manos un toro.
Las excavaciones iniciadas en 1857 bajo la iglesia de San Clemente de Letrán (en Roma) mostraron que ésta fue construida sobre una iglesia paleocristiana del siglo IV, y esta a su vez sobre un templo dedicado al dios Mitra.
Fue hallado en Cabra en 1952, es un grupo escultórico del siglo eIII realizado en mármol blanco y en el que este dios aparece sacrificando a un toro.