Durante la temporada 1920-1, aloja temporalmente en su casa a Eugenio Hermoso, quien realiza un retrato del pintor (1920.
¿Tu caballete colocasen los estrechos caminosentre paredes y rocasdonde crecen zarzas locas,hiedras, mastranzos y espinos?¿O lo clavas en el suelojunto a la paz del descansodel siempre andante arroyueloque retrata en su remansoárbol, piedra, muro o cielo?
¿Subes al alto del cerroviolando lindes y setos,donde nos sale algún perrocon sus collares de hierroa mordernos sin respeto?
Según referencias familiares recogidas del propio pintor, pensaba donar todas sus obras a su ciudad natal, para lo que se habilitaría como casa museo su residencia de la calle Segura, proyecto que, finalmente, no llegó a realizarse.
Si, además, se tiene en cuenta que no vendió ni un solo cuadro en vida,[30] dada en parte su desahogada situación económica (para Hermoso, «le perjudicó siempre tener dinero»),[33] se trataría, prácticamente, del total de su trabajo.
Se conservan también algunos bodegones (Sardinas, Lenguados…), llenos de luz, plasmados por el pintor con una técnica más perfeccionista y detallada.
Es lo que parece desprenderse de este texto fechado en Jerez de los Caballeros el 16 de mayo de 1952, que el artística titula Monólogo imaginativo: En términos similares, se expresa tres días después, esta vez en Fregenal: En otro momento, arremete contra la Pintura Se conservan también algunos comentarios en los que muestra una honda preocupación existencial: Asimismo, hay referencias a José Camón Aznar,[31] Santiago Rusiñol, Joaquín Mir, Anglada Camarasa (son muy frecuentes los contactos con el grupo catalán), los extremeños Timoteo Pérez Rubio,[31] Adelardo Covarsí o Enrique Pérez Comendador y otros artistas e intelectuales coetáneos.
[51][52] Sobre su producción poética, cabe mencionar dos dísticos publicados tardíamente (bien que en lujosa y cuidadísima edición) en la obra colectiva Badajoz en 100 fotografías (1989.