[9][10] Con el frexnense Eugenio Hermoso,[11] José Pérez Jiménez o los cacereños Eulogio Blasco López (1890-1960) o Juan Caldera Rebolledo (1897-1946), formó parte del nutrido grupo de pintores representativos del costumbrismo realista o naturalismo costumbrista regional de la primera mitad del siglo XX,[12][13] al que aportó una notable galería de retratos (por regla general de conocidos miembros de la burguesía y la intelectualidad pacenses como el poeta Manuel Monterrey (1908), el arquitecto municipal y crítico de Arte Francisco Vaca Morales (1948),[14] los escritores Enrique Segura Otaño (1905) o José López Prudencio…),[15][16][17] tipos populares y, sobre todo, su particular predilección por la representación de escenas cinegéticas,[18] en las que predominan los espacios abiertos tratados con un punto de perspectiva bajo que da a los cielos y las nubes, envueltos casi siempre en una suave luz de atardecer, un especial protagonismo:[19] Entre otros galardones, obtuvo una Mención Honorífica en la 20.ª Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906 por Atalayando (óleo sobre lienzo, 134 x 254 cm.
[4][8][17][23] Adelardo Covarsí Yustas fue uno de los nueve hijos (sin embargo, solo dos llegaron a la edad adulta: él y Laurencia) del matrimonio formado por la extremeña Adela Yustas González (f. Badajoz, 9 nov.
1910) y el aragonés Antonio Covarsí Vicentell (Zaragoza, 6 dic.
El Progreso, de Antonio Arqueros), Trozos venatorios y prácticas cinegéticas (1911.
y Papelería de Vicente Rodríguez), Grandes cacerías españolas (1919-1920.
[30] Fallecida su primera esposa a finales de 1910, contrajo segundas nupcias con Agustina Cabanillas, con la cual tuvo seis hijos: Fernanda, Alberto, Carlos, Antonio, Gonzalo y Ricardo, autor del libro El montero de Alpotreque – Biografía de don Antonio Covarsí Vicentell, publicado en Sevilla en 1999.
Eugenio Hermoso, que también debutaba en este tipo de certámenes, presentó Comiendo la olla, Al colegio (1903), cinco estudios y dos retratos (n.os 592-600).
[37] En años posteriores (1907-1910), emprendió varios viajes por diversos países europeos como Francia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos o Suiza,[38][39] que, en cierto modo, influyeron en su sensibilidad artística marcada desde entonces por un «controlado impresionismo»:[40] A nivel local, participó, al menos, en las Exposiciones de Artes Gráficas del Ateneo de Badajoz de 1904 (en la que obtuvo Primera Medalla por Charcas del Guadiana) y 1908 (Tercera Medalla por Contrabandistas portugueses).
1941, p. 2) destacó que conservaba «un aroma de campechanía en su laborioso y esforzado concepto realista sujeto a viejos principios»),[66] Batida de lobos en Extremadura (1948.