[13] Tras su regreso de Roma, su pintura evoluciona hacia un cierto «giottismo» cubista[8] que ya no encaja con la figuración tradicional ni aun con su particular «paráfrasis del impresionismo» (Rosa Chacel) de su primera etapa.
[21] Viaja por Europa y América Latina, exponiendo sus obras en distintas galerías, entre las que sobresale la Flechiem de Berlín (1933),[22] junto a artistas como Gutiérrez Solana, Vázquez Díaz, Joan Miró, Pablo Picasso o Salvador Dalí, entre otros.
Como responsable de este último organismo, participa activamente en la custodia y traslado a Suiza de las principales obras del patrimonio artístico español para evitar así los posibles daños producidos por las bombas o el pillaje.
[Regresan en él] cerca de ciento ochenta cuadros que constituyen las joyas más preciadas del arte pictórico atesorado en España.
Allí conoce a destacados artistas brasileños como Cândido Portinari o Di Cavalcanti.
[32] También por entonces, descubre un yacimiento de caolín cuya explotación resulta, finalmente, un fracaso provocado por la crisis,[33] a la vez que se convierte en uno de los más apreciados retratistas del cuerpo diplomático y la alta sociedad brasileña del momento.
[34] Participan conocidas personalidades del mundo artístico y cultural de Extremadura como Enrique Pérez Comendador, Madeleine Leroux, Francisco Pedraja, Guillermo Silveira, Francisco Lebrato o Julio Cienfuegos, entre otros.