Timoteo Pérez Rubio

[13]​ Tras su regreso de Roma, su pintura evoluciona hacia un cierto «giottismo» cubista[8]​ que ya no encaja con la figuración tradicional ni aun con su particular «paráfrasis del impresionismo» (Rosa Chacel) de su primera etapa.

[21]​ Viaja por Europa y América Latina, exponiendo sus obras en distintas galerías, entre las que sobresale la Flechiem de Berlín (1933),[22]​ junto a artistas como Gutiérrez Solana, Vázquez Díaz, Joan Miró, Pablo Picasso o Salvador Dalí, entre otros.

Como responsable de este último organismo, participa activamente en la custodia y traslado a Suiza de las principales obras del patrimonio artístico español para evitar así los posibles daños producidos por las bombas o el pillaje.

[Regresan en él] cerca de ciento ochenta cuadros que constituyen las joyas más preciadas del arte pictórico atesorado en España.

Allí conoce a destacados artistas brasileños como Cândido Portinari o Di Cavalcanti.

[32]​ También por entonces, descubre un yacimiento de caolín cuya explotación resulta, finalmente, un fracaso provocado por la crisis,[33]​ a la vez que se convierte en uno de los más apreciados retratistas del cuerpo diplomático y la alta sociedad brasileña del momento.

[34]​ Participan conocidas personalidades del mundo artístico y cultural de Extremadura como Enrique Pérez Comendador, Madeleine Leroux, Francisco Pedraja, Guillermo Silveira, Francisco Lebrato o Julio Cienfuegos, entre otros.

Placa conmemorativa de la residencia de Timoteo Pérez Rubio en la casa n.º 5 de la Plaza Tirso de Molina de Madrid, colocada por el Ayuntamiento de la capital en 2010. [ 14 ]
Tarjeta de invitación al homenaje a Pérez Rubio celebrado en Oliva el 24 de noviembre de 1974.
Oliva de la Frontera (Badajoz). Tumba de Timoteo Pérez Rubio en el cementerio municipal de su localidad natal.