Al ser disparado el racimo, las balas se esparcen desde la boca del cañón, produciendo un efecto de escopeta gigante.[2] El racimo de metralla era devastadoramente efectivo contra infantería agrupada a corta distancia.Cuando era empleado en guerra naval, el racimo de metralla tenía un doble propósito.[3] En segundo lugar, las balas eran fundidas con un tamaño suficiente para cortar aparejos, destruir pértigas y mástiles, así como perforar múltiples velas.[2] La granalla es una forma improvisada del racimo del metralla, que emplea eslabones de cadena, clavos, trozos de vidrio, piedras y otros objetos similares como balas.
Modelo de una
carronada
junto a un racimo de metralla.
Un racimo de metralla.
Una pequeña bola de cañón y el soporte de un racimo de metralla, recuperados del
CSS
Georgia
en 2015.
Municiones en
Fort McAllister
, con un racimo de metralla (tercero desde la izquierda).