Quinquagesimo ante anno

El papa comienza la encíclica recordando su ordenación sacerdotal Enseguida muestra su agradecimiento por los beneficios con el que Dios ha querido conosolar a su vicario en los años transcurrido desde su elevación al supremo pontificado, y su alegría al comprobar las oraciones y gracias recibidas durante el año jubilar extraordinario convocado con motivo del 50.º aniversario de su ordenación sacerdotal.

Durante ese año, así mismo, se han ratificado con varias naciones -con Portugal, Rumanía y Prusia- que además de garantizar la libertad de la Iglesia, repecutirán en el bien de esas naciones Durante ese año jubilar los patriarcas y obispos de las iglesias católicas orientales han manifestado, visitando Roma personalmente o mediante representantes, su amor al romano Pontífice y a la unidad de la Iglesia.

En Roma, además, han querido reunirse para fijar su pastoral, los obispos armenios, e igualmente los rutenos.

Se han obtenido así los frutos que se buscaba con la proclamación del año jubilar, pues con ello Continúa la encíclica señalando cómo el año jubilar ha permitido comprobar como se trabaja por extender y consolidar el reino de Cristo, y comprobar la generosidad con que se han puesto a disposiciones de las misiones abundantes vasos y ornamentos sagrados.

Por último el papa explica, que atendiendo los ruegos recibidos para prolongar por un tiempo los frutos espirituales del jubileo, aunque esto es algo que normalmente no se concede, inducidos por su preocupación por el bien común, con su autoridad apostólica ha extendido hasta todo el mes de junio del próximo año 1930, el tiempo en que se puedan lucrar las indulgencias en las mismas condiciones que otorgó con la constitución apostólica Auspicantibus Nobis.