Esta barca transportaba personas, mercancías y ganado, entre otras cosas.
[6] Las administraciones, especialmente el marqués de Riestra, José Riestra López, que tenía una finca rural y una fábrica en A Caeira, y políticos como Eduardo Vincenti o Eugenio Montero Ríos, exigieron la construcción de un puente elevado y otro paralelo para el paso del ferrocarril.
[6] En 1894, se impuso la construcción de un puente metálico[7] como se venía haciendo en la arquitectura contemporánea, por la mayor facilidad de transporte, que permitía una manipulación más dúctil y una ejecución más rápida del puente.
Durante su construcción, los obreros contratados por el empresario Benito Corbal se declararon en huelga durante algún tiempo, que terminó gracias a la mediación del gobernador civil, Augusto González Besada.
[9] Durante la obra, se amplió el tablero del puente, ensanchándolo tanto en el tramo central como en las zonas de acceso.
La luz del arco soporta dos carriles de tráfico rodado y dos aceras.