En 1867 el español Narciso Monturiol desarrolló con éxito un forma temprana de propulsión anaeróbico independiente del aire con su Ictíneo II.
Se fabricaron algunos submarinos experimentales que dieron origen a los Tipo XVII.
La propulsión por peróxido de hidrógeno se mantuvo en los torpedos británicos y soviéticos.
Aunque los primeros rápidamente abandonaron esta tecnología después de la tragedia del HMS Sidon, se supone que la pérdida del submarino ruso Kursk se debió a un accidente con torpedos propulsados con peróxido de hidrógeno.
Como no hay gas de escape al encender el motor, se utiliza argón.
Este fue impulsado por un motor diésel de 95 hp de un tipo comúnmente usado por la armada alemana y que estaba disponible en grandes cantidades, alimentado con oxígeno desde un tanque ubicado en la quilla que contenía 1250 litros a 4 atmósferas.
Estos tenían 3 motores diésel; dos eran convencionales y uno de ciclo cerrado usando oxígeno líquido.
El submarino podía avanzar a baja velocidad usando únicamente el motor diésel central.
El submarino alemán Tipo 205 U-1, una vez retirado del servicio, fue equipado con una planta experimental de 3000 hp (2,2 MW).
Esencialmente es una versión modificada del sistema de propulsión nuclear donde el calor es generado por etanol y oxígeno.
Por otra parte las baterías convencionales consumen reactivos sólidos y, una vez que se han agotado, deben ser eliminadas o recargadas con electricidad.
La operación a largo plazo virtualmente continua es factible mientras se mantengan estos flujos.
Los reactores nucleares han sido usados por más de 50 años para impulsar submarinos, el primero fue USS Nautilus.
India alquiló en el pasado submarinos nucleares de la Clase Charlie pertenecientes a Rusia y planea adquirir dos submarinos usados Clase Akula los cuales serán usados para propósitos de entrenamiento.
Adicionalmente se sabe que Brasil está investigando la propulsión nuclear para uso en submarinos.