Poccheiná

Ya en el siglo XIX, se establecieron las haciendas henequeneras en una escala más amplia en todo el territorio formando parte de la industria henequenera en Yucatán particularmente en la región noroeste de la península, cuyas tierras tienen vocación para el cultivo del henequén.

Poccheiná se construyó a principios del siglo XX como una hacienda henequenera.

A partir del año 1937, después de los decretos que establecieron la reforma agraria en Yucatán, promulgados por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, varias haciendas desaparecieron y se transformaron, convirtiéndose en ejidos.

Actualmente se tienen 7 hectáreas dedicadas al cultivo del limón persa y el resto como agostadero.

Ha sido reparada, remodelada y actualmente se encuentra de nuevo en condiciones habitables.

Yucatán está llenó de leyendas y Poccheiná no se queda exenta de ellas: Se dice que el día que Ramón Mézquita vendió la Hacienda a Bernabé Bobadilla Canto (Don Benito), en el año de 1986, el pago fue en efectivo y que en el viaje en tren de Izamal a Mérida Don Ramón se durmió y cuando llegó a su destino, despertó y el dinero había desaparecido.

[9]​ Debido a esta razón la familia Mézquita despreció al general Salvador Alvarado.

Hay pavos de monte, zorrillos, zorros, armadillos, mapaches, coaties (nasua) y una gran variedad de bellas aves, entre ellas el Tho (Eumomota superciliosa), Luis (Pitangus sulphuratus ), Chara, Yuya.

Hay cedros, ceibas, chaká, jabín, maculis, kitanché, pich, Ramón, siricote, zapote, guachím, palma real, pixoy.

Ficha de hacienda.