[6][7] En efecto, entre las consecuencias del choque destaca la extinción de diversas especies, como lo sugiere el límite K/T, aunque algunos críticos argumentan que el impacto no fue el único motivo[8] y otros debaten si en realidad fue un único impacto o si en la colisión de Chicxulub participaron una serie de bólidos que podrían haber impactado contra la Tierra aproximadamente al mismo tiempo.
[9] Su trabajo consistía en utilizar datos geofísicos para estudiar posibles localizaciones a fin de extraer petróleo.
[11] Penfield descubrió otro arco en la península en sí, cuyos extremos apuntaban hacia el norte.
[15] Estos depósitos se encuentran en muchos lugares, pero parecen estar concentrados en la cuenca del Caribe, en el límite K/T.
[18] El equipo de Hildebrand analizó las muestras, que presentaban claramente material metamórfico.
[20] El evento ha sido descrito más recientemente en un libro editado y publicado en 2007, escrito por el astrónomo mexicano Arcadio Poveda Ricalde y por Fernando Espejo Méndez, quienes actualizaron el conocimiento que se tiene del suceso.
Las dataciones más antiguas de estas rocas sitúan su formación a partir del Paleoceno.
[27] El estudio también señalaba que el cráter parecía ser un buen candidato para el origen de las tectitas encontradas en Haití.
La propia corteza se habría derramado y salpicado hacia afuera como si fuera un líquido, pasando en segundos el cráter de ser 3 veces más profundo que la Fosa de las Marianas a formar una torre varias veces más alta que el Everest, la cual se derrumbaría sobre sí misma formando así el anillo de picos actual.
Una nube de polvo, cenizas y escombros pulverizados se habría extendido por todo el diámetro y área del cráter, cuando el asteroide se hundía en la corteza terrestre en menos de un segundo.
[35] El material excavado, junto con trozos del asteroide habrían sido eyectados a la atmósfera y al espacio por la explosión, algunos acabando en la Luna, los que quedaban alrededor del planeta se habrían calentado hasta convertirse en cuerpos incandescentes que habrían reentrado a la propia atmósfera terrestre, sobrecalentándola y provocando incendios globales; mientras tanto, enormes ondas de choque atravesarían el interior de la Tierra, causando terremotos y erupciones volcánicas globales.
Algunos críticos, entre los que se encuentra el paleontólogo Robert Bakker, argumentan que un impacto tal habría matado a las ranas junto con los dinosaurios, aunque las ranas sobrevivieron a la extinción.
[50][51] Se consideró que los descubrimientos confirmaban las teorías actuales relacionadas tanto con el impacto del cráter como con sus efectos.
[52] Un estudio de 2020 concluyó que el cráter Chicxulub se formó por un impacto procedente del noreste inclinado 45-60° respecto a la horizontal.
[57] En años recientes, se han descubierto otros cráteres como el de Chicxulub, todos entre las latitudes 20°N y 70°N.
Entre ellos se pueden mencionar al cráter Silverpit, ubicado en el mar del Norte frente a las costas del Reino Unido,[58] y al cráter Boltysh en Ucrania.
Esto evidenció que los cometas sufrieron varias interacciones gravitacionales con este gigante de gas y que similares disrupciones y colisiones pudieron haber ocurrido en el pasado.
[62][64] Este escenario podría haber tenido lugar en la Tierra hace 65 millones de años,[60] aunque los cráteres de Shiva y Chicxulub pudieron haberse formado 300 000 años antes.
MacLeod llevó a cabo su análisis a aproximadamente 4,5 km del cráter de Chicxulub para controlar posibles cambios en la composición del suelo en el lugar de impacto, aunque permaneciendo suficientemente cerca como para ser afectado por el mismo.
El análisis reveló que solo había una capa de detritos en el sedimento originada por el impacto.