Stewart, al visitar Production Geoscience por otro asunto sin relación, vio el mapa y sugirió que podía ser un cráter de impacto.
El descubrimiento y la hipótesis del cráter de impacto fueron publicadas en la revista Nature en 2002.
Es aceptado en los medios científicos que la mejor explicación para el origen de Silverpit es un bólido.
Asimismo encontró en la misma zona otros dos sinclinales flanqueados por anticlinales.
Estos anillos dan al cráter un aspecto algo similar al cráter Valhalla de Calisto, la luna de Júpiter, y otros cráteres similares en Europa.
Si fue un cometa, un objeto menos rocoso que un meteorito, entonces su tamaño debería ser algo más grande.
Los científicos buscan evidencias de grandes tsunamis en las áreas circundantes que hayan ocurrido en la época estimada del impacto, sin embargo, no se ha encontrado tal evidencia.
La edad todavía no se conoce con exactitud, de manera que solo es posible hacer especulaciones.
La colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 con Júpiter en 1994 demostró que las interacciones gravitatorias pueden fragmentar un cometa, dando origen a varios ocurridos en un período de varios días al chocar con un planeta.
Los cometas con frecuencia muestran los efectos de la interacción gravitatoria en sus largas colas de gas, y es probable que efectos y colisiones similares hayan ocurrido en el pasado.
Este escenario pudo haber ocurrido en la Tierra hace 65 millones de años.