Tectita

La mayoría de los científicos han descartado las primeras teorías sobre tectitas originadas en la Luna u otros cuerpos celestes.

Sin embargo, varios estudios serios rechazan la tradicional "teoría de impacto terrestre".

No se ha encontrado ningún gas noble cosmogónico, producido por rayos cósmicos, en las tectitas.

Esto excluye un largo viaje en el espacio que sería necesario si las tectitas no son terrestres.

Sin embargo, las áreas de dispersión se expanden con cada tectita descubierta en el fondo marino del sur.

Si las tectitas del espacio cayesen en la Antártida, una gran parte del material recogido debería ser tectitas y por lo tanto ya se debería haber descubierto algún campo de dispersión.

El berilio 10 es producido por los rayos cósmicos en la atmósfera, dónde es lavado por la lluvia e incorporado en las nuevas capas de sedimento.

Por otra parte, otros investigadores han demostrado que el vidrio de tectita no es realmente comparable con los sedimentos terrestres, los cuales poseen un amplio rango de varianza química, especialmente en los álcalis; y a cambio muestran a menudo rastros químicos ígneos (volcánicos).

UU. en Bedford, Massachusetts, estuvieron muy interesados en las características físicas y químicas de las tectitas.

El "Proyecto 7698" fue comisionado por el investigador principal W. H. Pinson Jr, del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

El informe final 7698 concluyó que la composición isotópica de estroncio en tectitas no concordaba con rocas terrestres e impactitas.

Sin embargo, el vulcanismo terrestre o lunar no puede explicar anomalías isotópicas encontradas en la capa superior del KT.

El material de origen lunar, descubierto hasta la fecha, no puede explicar las características isotópicas.

Hasta que el rayo de Rosse sea probado, un origen lunar para las tectitas no puede ser descartado.

Es especialmente similar a las javenitas de alto-magnesio (parte del campo Australasiano).

Melson, los geólogos Edward Chao, Robert J. Foster, y Jack Green —junto con los astrónomos Mark R. Chartrand, Franklyn Branley, J.E.

Mientras que la batalla más visible entre los posibles orígenes de las tectitas se ha calmado desde la época del Apolo, aun continúa entre varios investigadores serios y coleccionistas de meteoritos quienes han estudiado este tema a profundidad y se niegan a descartar su teoría favorita.

Una tectita.