Además desde la Plaza Mayor se puede acceder a dos callejones: los de Ricote y Torneros.[1] A mediados del siglo XI, Valladolid era una pequeña aldea agrícola rodeada por una cerca defensiva.El espacio que ocupa la plaza Mayor y sus alrededores se encontraba fuera de esta primera muralla, cerca de la puerta conocida como postigo del Trigo, por donde los mercaderes entraban a la villa con los alimentos.Se encargó a Francisco de Salamanca la construcción de tiendas provisionales en la propia plaza y se realojó a los afectados por el incendio, utilizando para ello casas prestadas por los propios vecinos.Está rodeada por pequeñas calles gremiales que recuerdan el pasado mercantil del entorno.La planta primera poseía balcones, la segunda, antepechos y la tercera, ventanas sencillas.Esta fisonomía original fue cambiando a lo largo del tiempo hasta la actual, en la que todos los huecos de los pisos poseen balcones.En la denominada acera de San Francisco se encuentra el Teatro Zorrilla, inaugurado en 1884.Se sitúa en el mismo lugar en el que se alzara parte del desaparecido Convento de San Francisco, inmenso conjunto monástico, demolido totalmente entre 1835 y 1850 y que abarcaba todo el espacio comprendido entre las actuales calles de Santiago, Montero Calvo y Duque de la Victoria.[3] Es decir, con la reforma se recuperó un color similar al que podría haber habido en la época de su construcción (rojo ladrillo), pero sin ser tan costoso como eliminar la capa de cemento y restaurar todas las fachadas.Bajo su suelo se encuentra un aparcamiento público construido en el año 1971, reformado en varias ocasiones.El cuerpo se encuentra inclinado ligeramente hacia atrás con la pierna derecha adelantada.