La gran mayoría partieron hacia la Francia metropolitana tan pronto como Argelia obtuvo su independencia, o en los meses siguientes.
[7] Durante la guerra de Argelia, los pieds-noirs apoyaron abrumadoramente el dominio francés colonial en Argelia y se opusieron a los grupos nacionalistas argelinos como el Front de Libération Nationale (FLN) y Mouvement National Algérien (MNA).
Aunque el término rapatriés d'Algérie implica que una vez vivieron en Francia, la mayoría de pieds-noirs nacieron en Argelia.
Muchas familias habían vivido allí durante generaciones, y los judíos argelinos, considerados pieds-noirs, eran tan indígenas de Argelia como su población musulmana.
De origen incierto, podría remontarse a principios del siglo XX.
Sin embargo, el Gobierno francés decidió integrarlos con la población francesa y, a partir de las leyes de 1889 y 1893, se naturalizó automáticamente a todos los hijos de extranjeros nacidos sobre suelo argelino (ius soli), privilegio del que, sin embargo, no disfrutaba la población autóctona musulmana.
Sin embargo, ninguna fusión se produjo con los argelinos de cultura musulmana.
En septiembre de 1962, Orán, Annaba o Sidi-bel-Abbès habían quedado medio abandonadas.
Otros viajaron hasta más lejos: Canadá, Argentina o Estados Unidos.
[20] Según una encuestadora IFOP, los Pied-noirs y las personas que afirman tener ascendencia Pied-noir, es decir, tener al menos un padre o abuelo Pied-noir, se encuentran entre los 3,2 millones en 2012[1].
En el verano de 1962, los pieds-noirs, desesperados y desprovistos, llegados en barcos sobrecargados, fueron recibidos por estibadores afiliados al sindicato comunista Confederación General del Trabajo.
Algunos políticos —como el alcalde socialista de Marsella, Gaston Defferre, tenían prejuicios frente a una población que no conocían,[cita requerida] catalogada como constituida de colonos, racista, violenta y machista, y cuya estructura socioprofesional no podría adaptarse a la integración en una economía moderna.
Sin embargo, tras la áspera recepción que tuvieron en Francia, los pieds-noirs se integraron rápidamente.
[21] Empleados, contribuyeron al desarrollo económico de la década de 1960, especialmente en Provenza y en Languedoc-Rosellón; ciudades anteriormente adormecidas conocieron un impulso económico que contribuyó a su dinamismo actual (Montpellier, Perpiñán, Niza, y particularme Marsella).
[22] La integración de los pieds-noirs, y en cierto modo su asimilación total, se completó en unos pocos años.
Esto significó para los pieds-noirs no poder acceder a sus partidas de nacimiento ni al resto de su documentación oficial; a algunos incluso les costó poder demostrar que eran franceses.
Los ayuntamientos de los pequeños municipios no fueron visitados, lo que explica los problemas encontrados frente a la Administración hasta ahora por algunos pieds-noirs.