Paula Modersohn-Becker

Becker pasó los doce primeros años de su vida en Dresde, un período del que hay pocas noticias.

En una carta escrita muchos años más tarde a Rainer Maria Rilke, Becker reveló hasta qué punto esta experiencia la había marcado.

Seguía, aunque a disgusto, los pasos de su hermana mayor que estudió para maestra.

La enseñanza impartida en Berlín concedía un lugar preponderante al dibujo, realizado a partir de modelos profesionales.

Solo se admitía en las clases a aquellas candidatas que tenían ya un buen dominio de la materia.

Durante su estancia en Berlín, Becker empleó mucho tiempo visitando las galerías de los museos.

Su original estilo, que tendía cada vez más a la simplificación de las formas y los colores, no tenía reflejo en Worpswede.

Sola o en compañía de Clara frecuentaba las exposiciones y galerías artísticas para familiarizarse con la pintura moderna francesa.

Clara Westhoff contó más tarde algunas anécdotas vinculadas a este período, como, por ejemplo, la visita hecha al marchante de arte Ambroise Vollard, o la profunda fascinación que sentía Becker por la obra de Paul Cézanne, por entonces un completo desconocido.

Según la historiadora del arte Christa Murken Altrogge, Becker fue la primera artista alemana que percibió el talento revolucionario de este pintor.

Este grupo artístico, profundamente influenciado por las estampas del arte japonés, ponía énfasis en las superficies y en los colores caprichosos, cuyo objetivo no era reflejar exactamente la realidad sino crear un significado propio.

Dos semanas después, también Paula Becker y Westhoff regresaron a Worpswede porque el dinero se acababa.

Otto decidió construir un tragaluz en el techo del edificio principal, para que su esposa trabajara.

Intentaba sin embargo ser una madre atenta y concienzuda para su hijastra Elisabeth.

El matrimonio garantizaba a Becker su mantenimiento y por eso podía dedicarse al trabajo de pintora.

Otto parece haber sido muy feliz durante los tres primeros años de su nueva vida matrimonial.

Por otra parte, la intensidad con la cual Becker reaccionaba a los menores sobresaltos de la vida artística parisina lo dejaba un tanto perplejo.

En su diario indica claramente que este gesto equivalía a una ruptura con Otto, quien se sorprendió bastante aunque no cejó en su empeño de reunirse de nuevo con ella como queda claro en las cartas que le envió a París.

Muy sorprendida por una escultura expuesta en el Salón de los Independientes, visitó al escultor, Bernhard Hoetger, en su taller.

Cuando una observación de Becker reveló a Hoetger que ella también era artista, él insistió en ver sus obras y quedó admirado.

Se calcula que el número de telas realizadas entre 1906 y 1907 asciende aproximadamente a noventa.

Entre sus últimas obras se encuentran Vieja criada en el jardín y Autorretrato con camelias.

El médico recomendó que la madre primeriza guardara reposo en cama durante unos días.

Poco después, su amigo Rainer Maria Rilke, escribió su poema “Requiem” en recuerdo de Paula.

Vogeler fue, en efecto, el primero en hacer todo lo que pudo por la artista y su obra.

Paula, durante su vida, parece no haber vendido más de cinco lienzos.

El benefactor Ludwig Roselius, por su parte, financió la apertura del museo Paula Modersohn-Becker, en Bremen.

Los escritos muy personales de Paula Modersohn-Becker, que no se habían sido concebidos para publicarse, contienen un tono romántico y exaltado que entra en contradicción con el ideario más ilustrado de la artista.

En su prólogo a la edición completa aparecida en 1979, Günter Busch deplora así que Paula Modersohn-Becker sea tomada para un "personaje fantástico e iluminado".

El museo y su edificio de estilo expresionista deben su existencia a una iniciativa del benefactor local Ludwig Roselius, que encargó a Bernhard Hoetger trazar los planos e instaló allí su colección personal de lienzos.

Dresden-Friedrichstadt
Bremen. El domicilio de la familia Becker en la «Schwachhauser Chaussee 23» (ahora «Schwachhauser Heerstrasse»)
Carl Woldemar Becker y Mathilde junto a Paula Becker (en el centro de pie), en el jardín de invierno de "Schwachhauser Chaussee, nº 23", el hogar familiar desde 1888 hasta 1899.
«Schwachhauser Chaussee 23» en 1899. Los alrededores de su casa en Bremen.
Muchacha con pañuelo blanco , 1900 (45,3 x 66,2 cm).
Dibujo de Paula que representa un desnudo femenino sobre la hierba.
Retrato de Rainer Maria Rilke por Paula Becker.
Muchacha en un jardín y bola de cristal , 1901/1902 (35,7 x 35,7 cm).
Zanja en el pantano , hacia 1900/1902 (54,1 x 33 cm).
Clara Rilke-Westhoff, 1905.
Cabeza de una pequeña muchacha .
Naturaleza muerta con platillo de leche ( Stilleben mit Milchsatte ) 1905 (55 x 71,8 cm) Museo Paula Modersohn-Becker , Bremen .
Naturaleza muerta; limón, naranja y tomate
Vieja criada en el jardín , 1906 (96 x 80,2 cm).
Autorretrato con camelias , 1907 (62 x 31 cm).
Niña desnuda con una cigüeña ( Kinderakt mit Storch ), 1906 (73 x 59 cm) Colección particular.