Además, está rodeado por los barrios Caracolí, Potosí, Arborizadora Alta, sector La Isla, Jerusalén, entre otros.
Respecto a su nombre, “Palo del Ahorcado”, existen varias definiciones históricas y de memoria colectiva.
Efectivamente el diablo empezó a aparecer en noches borrascosas en las que se escuchaba una jauría de perros arrastrando cadenas, a muchos pobladores les dormía la lengua y los dejaba casi muertos del espanto.
Días después, en una noche tenebrosa se volvió a sentir la presencia del Diablo: viento terrible y ruido de una jauría feroz.
En este mismo sentido lo expresa Blanca Pineda: “ Se han hecho alrededor de diecisiete festivales, pero siempre está la exposición itinerante de [la Corporación Cultural] “El Resbalón”, del Palo del Ahorcado.
O sea es, como un tributo, que se hace al Palo en todos los Festivales de Memoria.
La estribación montañosa que compone la localidad Ciudad Bolívar, contiene una gran diversidad ecosistémica; por tal razón, los conflictos medioambientales tienen presencia en todo el territorio.
Estos ecosistemas; se han visto gravemente afectados por las diferentes dinámicas de explotación minera y expansión urbana, además del desconocimiento de la conexión urbano rural que representa el desencuentro entre el orden natural de los territorios biodiversos y los criterios, intereses y prácticas humanas que han provocado tales afectaciones.
El Estado colombiano acepta la existencia y valor del patrimonio cultural inmaterial, en tanto es reconocido, valorado y vivido por las comunidades, además, ha desarrollado una serie de estrategias para dar alcance a la política para la salvaguardia del PCI entre las que sobresale la inclusión en Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial (LRPCI), los inventarios y registros de manifestaciones culturales, entre otras acciones institucionales.
Sin embargo, el patrimonio vivo comunitariamente no necesariamente es reconocido de manera oficial.