Pueden ser producidas por el ser humano, en cuyo caso suele denominarse «piedra partida», o resultado de procesos naturales.
En este caso, además, suele suceder que el desgaste natural producido por el movimiento en los lechos de ríos haya generado formas redondeadas, en cuyo caso se conoce como canto rodado.
Existen también casos de gravas naturales que no son cantos rodados.
El material que se procesa corresponde principalmente a rocas de caliza, granito, dolomita, basalto, arenisca, cuarzo y cuarcita.
Los conglomerados son las rocas sedimentarias formadas por la diagénesis de gravas (compactación, recristalización o cementación).
Los depósitos de grava porosos naturales tienen una elevada conductividad hidráulica, lo que los convierte en importantes acuíferos.
El cuarzo y la cuarcita son los componentes más comunes de las gravas.
[9] Se ha sugerido que las megarrizaduras de grava formadas por el viento en Argentina tienen homólogos en el planeta Marte.
Esto corresponde a todas las partículas con tamaños entre arena gruesa y guijarro.
[26] La grava natural tiene una conductividad hidráulica elevada, que a veces supera 1 cm/s.