Palacio de Queluz

Durante el siglo XIX fue progresivamente menos frecuentada y en 1908 Manuel II la cedió al estado.El núcleo de esta primera edificación correspondería a la futura Cozinha Velha (Cocina vieja, actualmente un restaurante).[1]​ La gran ampliación de Queluz fue obra del infante, y después rey, Pedro III, creando un palacio real que se convertiría en un referente de la arquitectura palatina del siglo XVIII.El año siguiente Mateus Vicente de Oliveira amplió el viejo palacio hacia el sur, creando el denominado Cuerpo Central; en el extremo este también se edificó una nueva capilla.En su construcción habían participado los mejores arquitectos, decoradores y jardineros de Europa; sin embargo, a pesar de la influencia italiana y francesa, el palacio tenía rasgos típicamente portugueses, tales como la baldosa azul, los famosos azulejos.La primera audiencia oficial en Queluz solo tuvo lugar en 1782, con motivo de la visita del nuevo nuncio apostólico, Vicente Ranuzi.El palacio sufrió entonces pequeños cambios decorativos, como nuevos doseles para el Salón de Embajadores y el Salón del Trono, o el enmoquetado de varias salas, sustituido a inicios del siglo XIX por parqué.La reconstrucción empezó el año siguiente, pero por cuestiones prácticas y financieras se decidió no reconstruir el piso superior al completo.[1]​ En 1957 el llamado Pavilhão D. Maria se acondicionó para albergar a jefes de Estado extranjeros en visita oficial, la primera ocupante fue la reina Isabel II el mismo año.Más recientemente, en 2014, albergó a los reyes de España, Felipe VI y Letizia.[8]​El interior del palacio recibió no menos atenciones que el exterior en cuanto a los detalles y al diseño.Fueron empleados artesanos franceses para decorar los salones y habitaciones, muchas de las cuales eran pequeñas.
La Quinta de Queluz en el siglo XVII .
El "Pabellón Robillion".
El Salón del Trono.
El dormitorio donde falleció el rey Pedro IV, en 1834.
El Palacio de Queluz hacia los años 20, con el piso superior destruido en 1934.