Diócesis de Lérida

La diócesis está atestiguada por primera vez por el obispo Sagicio a principios del siglo V.La serie episcopal está documentada especialmente en época visigoda, debido a la presencia de prelados en concilios nacionales o provinciales.El concilio aprobó 16 cánones que se referían, entre otras cosas, a la prohibición de que los clérigos porten armas, derramen sangre, se batan en duelo y convivan con mujeres sospechosas.Cuando se reanudó la reconquista de los territorios árabes, los obispos trasladaron su sede primero a Barbastro (1100), y luego, en 1149, el obispo Guillermo Pere de Ravidats se estableció en Lérida, cuando la ciudad quedó liberada del dominio musulmán.[3]​ Esta tesis encontró su fundamento en diversos documentos contemporáneos, no anteriores a finales del siglo XI, y sobre todo en la bula Spiritu Domini del papa Pascual II dirigida en 1110 al obispo de Roda, san Ramón, en la que el pontífice le expresa claramente en estos términos: «Factum est ut episcopalis cathedra que Ylerde fuerat, in montana transiret, in oppidum videlicet quod Rota codicit».En 1173 se celebró en Lérida un concilio provincial presidido por el cardenal Jacinto, luego papa Celestino III.[8]​ En 1168 el obispo Guillermo Pérez de Ravitats dictó el decreto Ordinatio ecclesiae Ilerdensis,[9]​ con el que se reguló el número de parroquias y se dictaron los estatutos del cabildo catedralicio.En el siglo XVIII destacó el obispo Gregorio Galindo (1736-1756), creador del seminario conciliar.[12]​[13]​ En 1633 el papa Urbano VIII estableció un vicariato diocesano general en Monzón, en territorio aragonés, que permaneció activo hasta su supresión en 1860.El palacio episcopal también fue derribado por motivos urbanísticos, y los obispos se trasladaron a Monzón durante unos 30 años.[15]​ En 1722 el obispo Francisco Olaso Hipenza fundó el seminario episcopal, que en 1773 fue trasladado a la antigua casa de los jesuitas.
Seo Vieja de Lérida, antigua catedral
Iglesia de San Martín, en Lérida
Iglesia de San Juan, en Lérida