Existen diversos modelos teóricos que tratan de identificar el origen del Neolítico en la península ibérica.
Por su parte, el llamado "modelo dual", argumenta sus explicaciones en la llegada de contingentes poblacionales desde otras áreas del Mediterráneo, que comenzarán a aculturar a la población indígena creando un modelo de neolitización "mixto" en el que intervienen elementos foráneos y autóctonos.
En suma, las posturas iniciales entre autoctonismo y difusionismo se han difuminado, dejando paso a modelos teóricos más complejos, que tratan de tener una contrastación arqueológica.
En la Península, la ganadería fue la actividad predominante en la mayor parte de las zonas, dadas las propicias condiciones del terreno.
No obstante, no faltan poblados al aire libre que se están documentando recientemente en toda la península ibérica, como La Draga, Mas d'Is o La Lámpara, entre otros, que demuestran la generalización del poblamiento en diversos tipos de ocupaciones.
En algunos casos, las cerámicas están adornadas con representaciones humanas (l'Or), cuyas características se han puesto en relación en Levante con la pintura macroesquemática.
En esta cultura predominaba la agricultura, y los restos funerarios demuestran que se trataba de una sociedad dividida en grupos sociales, posiblemente a través del trabajo.