Alcides Arguedas relata que, para sorpresa de Belzú y sus acompañantes, Melgarejo apareció en el Palacio con la espada desenvainada profiriendo insultos.
Campero se interpuso entre Melgarejo y Belzú, rogándole que perdonara la vida de este.
Melgarejo desoyó las súplicas de Campero y disparó su pistola, matando a su rival en el acto.
Más tarde se presentó a reclamarlo su esposa, Juana Manuela Gorriti, la célebre escritora argentina de origen salteño.
Con posterioridad a estos sucesos, Narciso Campero fue designado prefecto de La Paz.
En 1871 fue designado ministro de Guerra y se trasladó a Sucre, donde contrajo matrimonio con su parienta, Lindaura Anzoátegui Campero.
Otros autores como José Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa Gisbert consideran que Narciso Campero no ordenó la entrada en acción de sus fuerzas por estar en colusión con los empresarios mineros encabezados por Aniceto Arce, quienes poseían intereses comerciales en sociedad con inversores chilenos, en el litoral del Pacífico, que había sido ocupado por Chile luego de las acciones militares de marzo de 1879.
El gobierno de Campero debió enfrentar graves dificultades como consecuencia de la guerra, la interrupción abrupta del comercio exterior o las epidemias y hambrunas entre la población, agravadas por la desmovilización militar.
Campero trató de gobernar aferrándose al cumplimiento de la nueva constitución y la equidistancia política entre los grupos políticos divididos entre liberales, liderados por Eliodoro Camacho y los conservadores presididos por Arce.
Al terminar su presidencia fue sucedido por su primo hermano Gregorio Pacheco Leyes, candidato de la oposición.
Este suceso fue seguido con apasionamiento por la prensa del país debido a las consecuencias políticas que esta disputa implicaba para el gobierno de Pacheco.