José María de Achá

Se enlistó en el ejército boliviano, pues la carrera militar era prometedora en su época.

Peleó también en la Batalla de Ingavi bajo el mando del mariscal José Ballivián Segurola.

Plácido Yáñez, odiaba gravemente a todos aquellos personas que fueron o que en ese momento eran partidarios afines al general Manuel Isidoro Belzú, el motivo fue que cuando este era presidente de Bolivia encarceló a Yáñez en una celda además de perseguirlo políticamente durante 9 años incluyendo el gobierno de Cordova (1848-1857), para luego ser exiliado.

Entre las 2 y las 4 de la noche, a la cabeza de Yáñez, su guardia personal y los soldados centinelas del Loreto, a toda prisa sacaron de sus celdas a todos los prisioneros, llevandalos hasta media Plaza Murillo, para luego ahí asesinarlos fusilandolos en masa.

Un vez que el presidente José María Achá se enterara sobre lo ocurrido, se mantuvo impasible y neutral sin realizar ningún castigo contra Plácido Yáñez.

A su vez, el pueblo paceño, al ver la impunidad por parte del gobierno e irritado por tal crimen, aprovechó uno de los levantamientos militares que se daba en contra el gobierno, para linchar a Plácido Yáñez un mes después, el 23 de noviembre de 1861.

En 1863 publicó un decreto supremo que brindaba una parcela a los indígenas sin tierras siempre y cuando estos debieran de ser propietarios con anterioridad de diez años.

Intentó implementar reformas en la minería y en la legislación agraria, pero sin resultados óptimos.

Hacía ya varios años que los chilenos habían iniciado una descarada política expansionista sobre territorio boliviano (Atacama), cuyas riquezas en guano y salitre ambicionaban.

Pero la defensa continental ante la agresión de la flota española del Pacífico en 1864, hizo dejar a un segundo plano dicho problema, y Bolivia se unió a la cuádruple alianza contra España, junto con Perú, Chile y Ecuador.