En 1929 la empresa se reorganizó y cambió su denominación social por Ford Motor Ibérica, SA.La filial catalana consiguió aquel año el segundo lugar en cuanto a beneficios totales de la firma en Europa.[3] Debido a la situación de autarquía económica surgida en la posguerra, la empresa decidió reorientar el negocio ofreciendo sus instalaciones y experiencia al nuevo régimen para potenciar la fabricación de camiones y tractores, en aquel momento muy necesarios.En 1953, al entrar en producción las nuevas empresas SEAT y FASA-Renault, apadrinadas por el régimen franquista, Ford se dio cuenta de que su antiguo nicho de mercado en España quedaba ocupado y renunció finalmente a su presencia en el país.[9] Aunque la nueva Motor Ibérica había sido totalmente nacionalizada, siguió manteniendo la vinculación con Ford intermediando el montaje de los tractores Fordson[nota 1] y los camiones Thames Trader, ambos modelos distribuidos en el Reino Unido por la filial británica de la empresa estadounidense.Una vez hubo comprado materiales y maquinaria a la central de Ford y a la filial británica, en 1955 lanzó su nueva gama de vehículos Ebro, empezando por los primeros tractores Ebro 38 (fabricados junto con los camiones para abaratar el producto).Inicialmente, tanto los tractores como los camiones eran copias casi exactas de los originales británicos.Esta compañía, además, entró como socio en Motor Ibérica con la compra del 36% de las acciones.Massey Ferguson aportó a la empresa tecnología, formación del personal[11] y nuevas técnicas y procesos de fabricación que hicieron competitivos los vehículos Ebro a escala internacional.Durante esta época se compraron y se integraron dentro de la compañía las siguientes empresas:[3][1] A partir de la compra correspondiente, los vehículos que fabricaba cada empresa incorporada pasaban a ser comercializados con la marca Ebro.[11] En 1976 se cerraron también varios acuerdos, entre ellos el que permitió la construcción de tractores oruga en Córdoba, y se constituyeron algunas nuevas compañías: Fundimotor, Mecobusa y Sercoplán (esta última para la ingeniería de la empresa).[2] Durante el otoño de 1982 la multinacional japonesa aumentó su participación del 36% que tenía al 53%.La división de tractores fue vendida entonces al fabricante japonés Kubota y, durante un breve período, los tractores japoneses de esta marca fueron montados y comercializados en España con la marca Ebro Kubota.Solo en la matriz, Motor Ibérica SA, las ventas ascendieron a 32.450 millones, de los cuales 25.903 dentro del mercado estatal y 6.547 en la exportación.[13] Los primeros camiones Ebro eran adaptaciones casi idénticas de los Fordson y del Ford Thames Trader británicos.Las últimas series de camiones lanzadas por Ebro fueron estas: Cuando Ford vendió sus acciones y se creó Motor Ibérica en 1954, no abandonó del todo su vinculación con su antigua filial, puesto que le siguió dando apoyo técnico.[15] La gama devolvió el color azul cielo original de los primeros tractores Ebro.
Camión Ebro tipo Fordson (1961), expuesto en el
MNACTEC
.
Ebro C-153 (1966).
Furgoneta Avia Siata 50 de 1977, que Motor Ibérica también comercializó como Ebro Siata 50.
Tractor Ebro 160E de 1978 (tipo Massey Ferguson).
Un Ebro B-45 de 1964 (tipo Fordson).
Tractor Fordson Major, sobre el cual se basaban los primeros Ebro.