Miguel Bernal Jiménez

Su talento fue descubierto por sus maestros Felipe Aguilera Ruiz e Ignacio Mier y Arriaga, quienes consiguieron su recomendación y admisión en 1928 al Instituto Pontificio de Música Sagrada de Roma por el canónigo José María Villaseñor.

Publicó una gran cantidad de libros, partituras y revistas especializadas, poniendo especial énfasis en la música sacra.

En 1945, inició su dirección del Conservatorio de las Rosas otorgándole su identidad tal y como hoy se conoce.

[1]​ Sus trabajos más destacados incluyen: Su acervo musical está compuesto por muchas y muy diversas obras.

Su Sinfonía-Poema México (1946), una de sus obras nacionalistas más representativas, le valió el reconocimiento del compositor español Joaquín Turina.

Bernal Jiménez demuestra también su destreza armónica al concertar la identidad propia del órgano como instrumento solista y acompañarlo grandilocuentemente con la orquesta.

La obra muestra una sonoridad nacionalista caracterizada por los temas populares acompañados de un fondo inherentemente religioso.

La obra se estrenó en 1951 por la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes y dirigida por el mismo Bernal Jiménez.

Miguel Bernal Jiménez defendía en la música religiosa la aplicación de una tendencia innovadora para reivindicar su supremacía como arte sacro sobre lo profano.

En esta revista, Bernal Jiménez publicó constantemente material musical, musicológico y pedagógico bajo los seudónimos de “M.Mouse”, “Q.U.D.”, “Primicerius”, “Jaime Le Brungel”, “Fray Florindo”.

Estatua de Miguel Bernal Jiménez en el Conservatorio de las Rosas , Morelia , Michoacán , México.
Placa conmemorativa del 50 aniversario luctuoso de Miguel Bernal Jiménez, en León, Guanajuato, México.