[1][2] Se cree que son restos del núcleo de asteroides que se destruyeron al impactar entre ellos o con otros cuerpos del sistema solar.
[2] Por su composición sufren menos ablación al entrar en la atmósfera, lo que hace que su tamaño sea mayor comparado con el de los meteoritos rocosos o los litosideritos.
[6][7] Los meteoritos rocosos están constituidos casi en su totalidad por silicatos,[8] lo cual representa el 92,8 % de las caídas.
[9] Los litosideritos son el término medio entre los meteoritos rocosos y férricos, al estar constituidos por silicatos y aleación de Fe-Ni casi a partes iguales;[10] el 1,5 % de las caídas corresponden a estos meteoritos.
[11] Como contrapartida se encuentran las hexaedritas, donde predomina la kamacita rica en Fe, y las estructuras de Widmanstätten tienen un gran desarrollo.
[11] Las octaedritas son el término medio, presentando bandas formadas por el intercrecimiento de taenita y kamacita.
[14] Cuando se comenzó a usar esta clasificación solo había cuatro grupos, nombrados con números romanos (I, II, III y IV), pero con el tiempo se empezaron a obtener datos químicos de mayor calidad, por lo que fue necesaria la creación de subgrupos (Por ejemplo, IVA y IVB).
[15] Los subgrupos desde IAB hasta IIICD tienen un alto contenido en volátiles y presencia de silicatos, al contrario que los grupos IVA y IVB.
[17] Presentan silicatos similares a los de las winonaitas (un tipo de acondrita), lo que podría implicar que las winonaitas y los meteoritos del grupo IAB tienen un origen común.
[19] Poseen menos cantidad de As y Au que los meteoritos del grupo IAB, y se suelen corresponder con las octaedritas desde un punto de vista estructural.
Este mineral es muy resistente, lo que complica la tarea de cortar estos meteoritos.
[17] Fue en un ejemplar de este grupo donde Alois von Widmanstätten descubrió las estructuras que llevan su nombre.
[35] Estructuralmente son octaedritas finas, con muy poca abundancia de Ge y Ga.
[40] Sin embargo, ciertos meteoritos, como los del grupo IAB, IIICD y probablemente IIE, parecen tener un origen distinto, debido a que presentan unas tasas de enfriamiento muy rápidas.
[43] Esta ataxita del grupo IVB localizada en Namibia, cerca de Grootfontein, y descubierta en 1920, es el mayor meteorito que se ha encontrado nunca.
[5] Presenta una microestructura plessítica con inclusiones minerales,[49] la superficie cubierta por hidróxidos de Fe y en su contacto con el suelo se encuentra bastante meteorizado.
[60] El primer hierro que se usó en China también era de origen meteorítico, como lo atestiguan los objetos del siglo VIII a. C. encontrados en Xinjiang.