Tras la fracasada ofensiva sobre Teruel, la compañía retrocedió hasta llegar a Lérida, donde coincidió con Valentín González (“El Campesino”) y Enrique Lister.
Durante el verano de 1938 participó en la batalla del Ebro y fue condecorado con la Medalla al Valor.
[6] En este último campo conoció a José María Aguirre Salaberría, su futuro cuñado y compañero de cautiverio en Mauthausen.
En este campo Marcelino ingresó en una Compagnie de Travailleurs Étrangers, siendo adscrito a la “26.º CTE” y, después de una corta estancia en el campo, fue trasladado a la Línea Maginot.
[10] En Mauthausen fue testigo y víctima de numerosas atrocidades: participó como cobaya en un experimento que el doctor nazi Aribert Heim llevó a cabo con 30 prisioneros mediante elementos tóxicos y de los cuales solamente sobrevivieron 7.
[11][12] También recordaba los experimentos alimentarios llevados a cabo por el médico de las SS Ernst-Günther Schenck.
[18] De todas maneras, gracias a la experiencia adquirida y a la organización clandestina del grupo de republicanos españoles, consiguió hacerse con un puesto en la cocina del campo.
En 2002 Euskal Telebista (ETB) estrenó el documental Esclavos vascos del III Reich, donde dio a conocer su testimonio.
La periodista Montserrat Llor recogió su testimonio en el libro Vivos en el averno nazi (2014).