Belarmino Tomás

Antes de eso había trabajado en diferentes industrias langreanas: Tornillería del Nalón, Refracta y en el Pozo Fondón, donde conoció a Manuel Llaneza.[7]​ Durante este periodo ordenó el saqueo del Castillo de Blimea, según testigos presenciales.[11]​[12]​ Permaneció en Gijón, sede del Consejo Soberano, hasta que el 20 de octubre la derrota en Asturias se hizo inevitable, cuando Tomás y otros líderes obreros emprendieron la huida.[14]​ Desde este cargo, en el que mostró poco efectividad, tuvo numerosos enfrentamientos con los pilotos españoles y los asesores soviéticos.[9]​ Al finalizar la guerra de España salió del país por la frontera francesa y se exilió en México, donde falleció en 1950.