Destacó muy pronto al piano y se decía que podía leer la armonía con sólo oírla.
En 1929 se casó en Londres con el musicólogo y crítico inglés Arthur René de Deney, a quien había conocido en Madrid.
Tras unos últimos conciertos en 1931, María Gil se retiró de la vida artística y estableció su residencia desde entonces en Londres, donde murió en 1981.
[5] María Gil, siempre artista, supo encauzar sus aficiones en lo verdaderamente musical […] para dar a su formación la base sólida de los clásicos, y, obtener, en ellos, una técnica interpretativa, llena de color, ágil y flexible, verdaderamente pasmosa.
[6] Siente tan hondo el arte esta mujer, artista maravillosa, que sentada al piano, llora, ríe, sufre, goza, se extasía deliciosamente.
[9] María decidió consagrarse a la música profesional cuando ya tenía más de 30 años.
La gira la llevó a tocar en Barcelona (Palacio de la Música Catalana), Oviedo, Alicante, Murcia, Valencia, Granada, Santander, Vitoria, Gijón, Vigo, Bilbao, La Coruña y Ferrol.
Podemos oírla como acompañante de Conchita Supervía en las siguientes: Estas pocas producciones reaparecen en compilaciones posteriores: