Juan Manén

A raíz de los estudios con Ibarguren, ofreció sus primeros recitales públicos en diversas ciudades españolas.

Su música fue reconocida rápidamente y sus óperas representadas con asiduidad en teatros importantes del país.

A sus veintiún años fue aclamado como uno de los más destacados instrumentalistas del momento, logrando una fama imparable en toda Europa.

En 1930 fundó y presidió la Sociedad Filarmónica de Barcelona, entidad influyente en el ambiente musical barcelonés que programó diversos conciertos.

En Fráncfort estrenó la obra escénica Der Fackeltanz (1909, versión alemana de Giovanna di Napoli).

En el campo de la sardana, su nombra destaca casi exclusivamente por dos composiciones: El cavaller enamorat y Camprodon, obras que has sido de una incidencia extraordinaria; otras sardanas relevantes del compositor son: Manresana, L'alegre companyia, Esperançant, Cap a Núria falta gent, Joia d'infants, Pàtria, Sardana trágica, Gironina, Figuerenca y Esperançant.

También colaboró en otras publicaciones, de manera destacada en La Vanguardia, con su columna Variaciones sin tema.

En 1954 se puso la primera piedra del Auditorium de Manén en el barro del Putxet; pero las subvenciones esperadas no llegaban con la solvencia necesaria y los ingresos familiares, que provenían principalmente de negocios y propiedades en Cuba, sufrieron un descalabro consecuencia de la revolución castrista: el músico, enfrentado a problemas económicos, decidió cederlo al Ayuntamiento durante dos años para que finalizaran la construcción del edificio.

Comprende una partituroteca con manuscritos autografiados de obras del músico, así como algunas partituras impresas como Juventus, Miniatures o el Concierto para oboe.

Caricaturizado por Bagaría (1912)