Siendo muy pequeña Luisa fue enviada junto con sus hermanas Madame Victoria y Madame Teresa (que murió joven) a la Abadía de Fontevraud donde debían de pasar doce años hasta su regreso a Versalles.Un poco jorobada ella permanecía siempre apartada, huyendo del mundo, buscando consuelo y ánimo en la religión.Por ejemplo, en 1748, mientras Luisa aún estaba en Fontevraud corrió el rumor de que el rey la destinaba como esposa del príncipe Carlos Eduardo Estuardo, joven pretendiente al trono inglés; pero al igual que sus hermanas mayores, Enriqueta, Adelaida, Victoria y Sofía, conocidas en la corte como las Mesdames, no se casó nunca.Sus últimas palabras en el lecho de muerte fueron Su tumba fue saqueada en 1793, durante la revolución francesa.En 1873 el papa Pío IX declaró a Luisa Venerable Madre Teresa de San Agustín.