Algún autor, no con demasiada fortuna, atribuye al municipio un origen fenicio, basándose en los vestigios de trogloditismo que hasta hace poco se observaban bajo muchas casas antiguas y que poseen un origen posterior.
Sin embargo, en estas fabulaciones hay parte de verdad, ya que los vestigios de poblamiento más antiguos que se conocen se encuentran en la parte alta del término, en los popularmente conocidos como cabezos.
No obstante, este yacimiento, ubicado en la dehesa, permite atestiguar la presencia de un grupo humano, más o menos numeroso y con cierta estabilidad.
La posterior conquista musulmana no debió suponer un cambio significativo en las forma de vida.
A pesar del legado histórico-artístico que el convento supone, no podemos olvidar otros aspectos importantes, puesto que, durante más de tres siglos, el Monasterio de la Luz fue monopolizador de la riqueza local, ocupando, además, las mejores tierras y obteniendo los mejores rendimientos hasta su usurpación definitiva a mediados del siglo XVIII.
La descripción heráldica del Escudo de Armas Municipal es la siguiente: El cuervo simboliza a San Vicente Mártir, patrón de la localidad, que después ser martirizado, fue arrojado a un basurero y defendido por un gran cuervo.