La Vídola

A partir del siglo XVII, dicha localidad consta ya como «La Vídola», nombre que ha conservado hasta nuestros días.Algunos autores, como Ramón Grande del Brío, al no haber encontrado una posible raíz latina, consideran que el origen del nombre es prerromano, como tantos otros que subsisten en la zona de las arribes.Según este autor, en las culturas antiguas se idealizaba lo viejo, pues la tradición, la experiencia de los antepasados, era la mejor forma de conocimiento, y por tanto llamar «viejo» a un pueblo significaría que era un buen pueblo.Probablemente la zona próxima al pueblo estuviera ya habitada por los vetones; así, se cree que en el lugar llamado "El Castillo" existió un castro prerromano del que hoy apenas quedan algunos indicios.[6]​ Hacia 1600 se constituye un Señorío en la zona, que por donación real ostenta Alfonso Fernández de Villarino, que lo transmite a su hijo Gonzalo y posteriormente al explorador del Perú Martín de Ledesma Valderrama.Al morir doña María del Pilar dejó sus riquezas a un sobrino francés llamado D. Nicolás d'Arcangues y Ugarte y, entre todas las posesiones, le dejó también la finca y el pueblo de La Vídola, que seguidamente vendió a sus habitantes en el año 1923 por una cantidad total de cuatro millones de reales.Son muy frecuentes las parcelas cercadas con paredes de piedra, denominadas en la zona cortinas.[6]​ Las fiestas que se celebran en el municipio son El Corpus, La Inmaculada y "Las Bolagas".Esta última fiesta parece ser que es muy antigua y se celebra en la noche del 7 de diciembre, víspera de La Inmaculada, en ella se queman en una gran hoguera enormes cantidades de piornos, al haberse hecho más escasas en la zona las bolagas, que debían ser las plantas que originalmente se quemaban en esta tradición.
Representación heráldica del blasón aprobado
Representación heráldica del blasón aprobado
Interior de la iglesia