Sus límites no se corresponden con una división administrativa, sino con una demarcación etnográfica y agraria.
En prácticamente todas las localidades ramajeras se cuentan historias sobre la existencia de antiguas aldeas hoy desaparecidas y es que la población leonesa que se estableció en la comarca tras la reconquista lo hizo siguiendo el modelo repoblador gallego, es decir, levantando muchas aldeas de pequeña dimensión y muy próximas entre sí.
La Ramajería es una subcomarca de la Tierra de Vitigudino por lo que estas localidades, que no pertenecen ni a La Ribera (Las Arribes) ni a El Abadengo, también son ramajeras.
La Ramajería es más una comarca etnográfica y no tanto geográfica o histórica.
Esta comarca sólo vio aumentar su población en las últimas décadas durante la construcción del embalse de Almendra, en los años 60, en la que llegaron a vivir muchos trabajadores de la misma.
Esto provoca que muchas de esas personas, con mucho mayor poder adquisitivo que antaño, quieran remodelar o rehacer más cómodas sus casas del pueblo.
Los núcleos de población suelen organizarse en torno a una calle principal desde la que parten una serie calles secundarias que suelen acabar en la puerta de alguna casa o corral, por ello son abundantes los callejones y callejas muchas veces sin salida o que interconectan calles cercanas separadas entre sí por una o varias casas.
[8] La mampostería de piedra granítica es una característica común en la arquitectura local, no sólo en las paredes exteriores de las casas sino también en las cercas o muretes utilizados para la organización del territorio pues los prados se dividen en fincas, que la población local denomina cortinas.
La más habitual es la conformada por la vivienda y una o dos casas auxiliares aledañas, denominados «pajares» o «cocinas», para el cobijo de animales o el almacenaje de distintos enseres, aunque estos «pajares» también pueden situarse en otros lugares más distantes dentro del pueblo.
Junto a la cocina solía existir la despensa, un habitáculo anexo de pequeñas dimensiones en el que se guardaban los alimentos.
Frecuentemente se colocaba una cortina para disponer de mayor privacidad.
[8] En toda esta zona se habla castellano, pero existe una profunda y arraigada influencia del idioma leonés puesto que fue reconquistada y repoblada por los reyes leoneses en la Edad Media, heredando el idioma de éstos, en mayor o menor grado, hasta el siglo XX.
En donde durante más tiempo se conservó fue en la vecina comarca ribereña, tal vez por su carácter aislado a la vez que autosuficiente, al estar localizada en la hendidura del Duero.
La posterior instalación del Imperio romano en la península ibérica está aquí atestiguada por las inscripciones y estelas funerarias encontradas en municipios como Guadramiro, Barruecopardo o Las Uces, siendo más comunes en el arco de pueblos ramajeros más cercanos al río Huebra.
Así, en una primera fase bajo el reinado de Ramiro II de León son repobladas algunas localidades entre las que se encuentra Guadramiro, del que toma su nombre.
En 1983, con la transición a la democracia, la provincia se integra en la comunidad autónoma birregional de Castilla y León.