Karl Dönitz

[1]​ Participó en la Primera Guerra Mundial como miembro de la tripulación del crucero Breslau, que realizó diversas operaciones militares en el mar Mediterráneo.En una posición opuesta se encontraba el almirante Erich Raeder, más conservador y que no confiaba en la capacidad alemana para enfrentarse a la flota inglesa, que entonces era comandante de la fuerza de submarinos o U-Boote (según la denominación en alemán), donde alcanzaría la fama al mandar estas fuerzas durante la batalla del Atlántico.Al comenzar el conflicto, Dönitz comprobó que la flota no estaba preparada para la guerra.Apenas contaba con cincuenta sumergibles, algunos de corto alcance o costeros, como los U-Boote Tipo II.Sin embargo, las operaciones directas contra barcos de guerra se mostraron contrarias a la flota alemana, con lo que las unidades se centraron en los objetivos que ya había adelantado Dönitz en su día: los buques mercantes.Los daños causados a los convoyes de suministros eran muy grandes y la armada alemana recibía los primeros sumergibles del Tipo VII.Durante este intervalo, sus fuerzas volvieron a obtener grandes triunfos contra el sistema de convoyes aliados.El día siguiente Dönitz dio la orden de rendición a todas las fuerzas alemanas.El 22 de mayo, su ayudante Lüdde-Neurath le comunicó que el Consejo de Control Aliado exigía que a la mañana siguiente, acompañado por Hans-Georg von Friedeburg y Jodl, se trasladase a bordo del buque «Patria», donde estaba alojada dicha comisión.Al preguntársele si tenía alguna cosa que oponer, se limitó a asentir diciendo: «Cualquier palabra sería superflua».Esta era la acusación más importante y se basaba en una orden directa dada por Dönitz en 1942, tras el hundimiento del transatlántico Laconia con miles de náufragos británicos, polacos e italianos.En este sentido, el defensor de Dönitz presentó una declaración jurada del almirante estadounidense Chester Nimitz, en la que reconocía que en el conflicto con Japón, los Aliados usaron las mismas tácticas de no rescatar a náufragos.Estas consideraciones han sido, sin embargo, rebatidas por varios historiadores de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el británico Max Hastings.Allí escribió dos libros sobre sus experiencias como marino y breve jefe de Estado.
Dönitz observa la llegada del U-Boot U 94 a Saint-Nazaire en junio de 1941.
Dönitz y Hitler en el Führerbunker en 1945.
Ficha de detención del almirante Dönitz el 23 de junio de 1945, tras su captura por los Aliados.
Dönitz en los juicios de Núremberg. Segunda fila, arriba.