Sus primeras enseñanzas las recibió de su padre, Johann Veit Schnorr (1764-1841), que era pintor, grabador y dibujante.
Entra a formar parte del círculo de Ferdinand Johann von Olivier.
Allí entró al servicio del rey Luis I de Baviera.
Para entonces ya había alcanzado cierto renombre, y le llegaron encargos de Gran Bretaña.
Este cristal muniqués provocó controversias entre los que pensaban que les faltaba lustre y resultaban demasiado apagadas y quienes las aplaudían por el severo y excelente dibujo semejante al de los primeros pintores florentinos con el colorido propio de las vidrieras de la segunda mitad del siglo XVI.
Julius Schnorr von Carolsfeld representa el estilo más puro de la estética nazarena.
Los temas que trata son religiosos y episodios de la historia medieval.
Estas "ilustraciones de la Biblia" marcaron la devoción bíblica en Alemania durante generaciones.
Junto a Gustave Doré Schnorr es considerado el más importante ilustrador de la Biblia del siglo XIX.
Los dibujos bíblicos y los esbozos para frescos formaron un preludio natural para su diseño de vidrieras.