Jueces 13
[1] Según la tradición judía, el libro fue atribuido al profeta Samuel,[2][3] pero los eruditos modernos lo consideran parte de la Tradición deuteronómica, que abarca los libros de Deuteronomio a 2 Reyes, atribuidos a escritores nacionalistas y fervientes yahvistas durante la época del rey reformador de Judea Josías en el siglo VII a. C.[3][4].[7] Los manuscritos antiguos existentes de una traducción al griego koiné conocida como Septuaginta (originalmente se hizo en los últimos siglos a. C.) incluyen el Codex Vaticanus (B;[15] Estos comentarios abarcan varios capítulos ya que los protagonistas descritos ocupan los citados en el título: Después de relatar las historias de Jefté, Ibsán, Elón y Abdón, se repite el ciclo: los israelitas vuelven a pecar, y Dios los entrega a los filisteos (Jue 13,1).Desde su nacimiento, anunciado como milagroso, se establece que será nazareo, consagrado a Dios (Jue 13,2-24).Finalmente, sucumbe ante Dalila, quien revela el secreto de su fuerza a los filisteos.Tras Sansón, el texto incluye dos relatos complementarios que exponen la corrupción y desorden interno en Israel.Ambos relatos subrayan la falta de unidad y la decadencia moral, reflejada en la frase: «En aquel tiempo no había rey en Israel; cada uno hacía lo que parecía recto a sus ojos» (Jue 17,6; 21,25).Como confirmación de su importancia en la narración, es ella quien pone nombre al niño, Sansón («hombre del sol»; en hebreo: simson, mientras que semes significa «sol»), siguiendo la tradición de poner nombre al niño en la Biblia hebrea (cf.Este relato invita a reflexionar sobre la apertura personal para cumplir los propósitos divinos en la propia vida.