José Agustín Ferreyra

En su adolescencia comenzó a concurrir al almacén y despacho de bebidas ubicado en Entre Ríos y Garay de Buenos Aires ya que su amigo Atilio Malinverno era el hijo del dueño.

Por aquella época comenzó a pintar y ello lo llevó en 1907 a convertirse junto con Atilio Malinverno en los primeros escenógrafos argentinos que trabajaron en el teatro Colón, haciéndolo hasta 1910 bajo la enseñanza del maestro Ferri, traído por el teatro desde la Scala de Milán.

Ferreyra no fue ajeno a esta corriente y fue así que realizó varios filmes con los mismos temas que aparecían en los tangos canción o directamente inspirados en los mismos, reflejando el paisaje ciudadano y los dramas personales de sus habitantes.

En 1926 dirigió La costurerita que dio aquel mal paso sobre el conocido soneto homónimo de Evaristo Carriego.

[3]​ Sobre este filme se ha escrito además que "la innovación introducida según idea de Lamarque -proseguir el diálogo con un tango diegético y de un dramatismo catártico- fue una revelación inesperada y la consagró en toda América.

saldría la primera película argentina, en condiciones de competir en el mercado cinematográfico latinoamericano con Estados Unidos.

"[4]​ y con referencia a esta película escribió el crítico Calki sobre el director: "Hasta ese punto fue innovador; halló una receta que más tarde iba a explotar Hollywood en tantas comedias musicales, cortar un diálogo, en plena situación romántica o dramática, y transformarlo en una canción; en nuestro caso un tango"[5]​ Por su parte el crítico de cine Jorge Miguel Couselo opinó que: Di Núbila luego de referir que el episodio personal vivido en esa época por Libertad Lamarque pudo haber contribuido a la identificación del público con la protagonista apunta que "otros pluses que contribuyeron al fenomenal éxito fueron su desarrollo ágil en escenas cortas, bastante acción en el seguimiento con travellings, abundancia de exteriores, algunos decorados de inusual amplitud y, en general, una diversidad visual habilidosamente planificada a partir de un ambiente de clase media alta que era todavía novedoso en la pantalla nacional.

[8]​ Libertad Lamarque comenzó a ser llamada "La Estrella Máxima de América Latina" y para tener idea de la repercusión del filme en algunos países se cita que en Cuba la expresión "Ayúdame a vivir" se incorporó al lenguaje popular al punto que durante bastante tiempo se usó como sinónimo del pocillo de café cortado con leche.

[9]​ Al año siguiente filma Muchachos de la ciudad en la que actúa la orquesta de Elvino Vardaro acompañando a Herminia Franco cantandoAsí es el tango y a Carlos Dante interpretando el tango Ciudad.

Vuelve luego a filmar con Libertad Lamarque las películas Besos brujos (1937) y La ley que olvidaron (1937).

[10]​ Sobre las tres películas dirigidas por Ferreyra escribió Libertad Lamarque: Vino luego Sol de primavera, su último argumento original, una película más romántica que folletinesca, con muy buena factura y avances en el sonido, sobre dos hermanos que pretenden a su hermana adoptiva.

Los únicos méritos que pudo encontrarle la crítica fueron las filmaciones de exteriores retratando la vida en los obrajes.

En 1924 había contraído matrimonio con María Turgenova y permanecieron casados durante siete años.

Este tango fue grabado por Carlos Gardel en 1923 para discos Odeón con el título acortado de La muchacha.

Había captado el alma del arrabal porteño, las vidas sencillas, los conflictos domésticos, los hombres humildes y las niñas románticas...No tuvo suerte.

Manuel Peña Rodríguez ve a Ferreyra como "el hombre de los comienzos, constructor sin mucha disciplina.