[1] En 1923 participó en el filme mudo De nuestras pampas dirigido por Julio Irigoyen y recién en 1934 vuelve a filmar -esta vez con sonido- convocado por José Agustín Ferreyra para su película Mañana es domingo.
El crítico Domingo Di Núbila opinó al respecto que “la formidable actuación de José Gola fue acaso el factor más importante porque pudo apoyarse en la complejidad del protagonista para insertarla en la reciedumbre de su propia personalidad.
Así logró un trabajo de alto voltaje sin salir del estilo restringido e indirecto ideal en cine.
Sin embargo, fue con la personalidad e inteligencia de Gola que el director sostuvo en buena medida la atención del público.
Fue trasladado al Sanatorio Podestá donde fue atendido por el eximio médico Ricardo Finochietto.